Hoy estamos atravesando uno de los cambios más abruptos que se hayan experimentado en el hecho educativo, esta pandemia ha traído consigo la tan llamada Nueva Normalidad Social, y así como ha cambiado nuestra forma de vida, el modo de naturaleza social que teníamos para convivir y relacionarnos física y presencialmente con otros, así está cambiando la educación, donde se han establecido nuevas formas de trabajo, pero sobre todo, diferentes ritmos y modos de llevar a cabo la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación de los alumnos, con una mayor y fundamental participación de los padres en el caso de Educación Básica. Sin embargo este esfuerzo de los padres se acrecienta como un reflejo de los valores familiares hacia la educación de los hijos, es decir, donde se ha mostrado antes preocupación por apoyar a los hijos, ahora se ha intensificado con la pandemia y de igual manera en caso negativo a la inversa.
En otras palabras, y retomando lo que han mencionado muchos estudiosos acerca de la evolución, si el entorno cambia, es un fuerte llamado al cambio de los entes que en él habitan, no podemos resistirnos a continuar bajo una enseñanza escolarizada, que quizás en su modelo curricular, didáctico y pedagógico requiere flexibilidad y adaptación, no podemos continuar friccionando los intereses de la escuela con las prioridades y necesidades que hoy tienen las familias, hoy más que nunca se requiere que el aprendizaje formal, el informal y el no formal convivan y se enlacen en la educación a distancia.
Requerimos formas de enseñanza y aprendizaje que estén situadas y sean lo más cercanas a las dinámicas recientes que se han dado en casa, se requiere concebir a la educación, sobre todo en aquellas partes que se vinculan al desarrollo humano, como un espacio y alternativa de escape y alivio a las frustraciones que afectan nuestro estado emocional, es decir, las Artes, la Educación Socioemocional y la Educación Física, son espacios que deben emplearse y pueden ser utilizados bajo estas premisas y no como un modelo académico que no hace más que reproducir esfuerzos desvinculados con los fines de la Educación Humanista, que es precisamente una de las recomendaciones, yo diría, advertencias, sobre el trato que se debe dar a estas Áreas, que señalan los propios Planes y Programas de Estudio en Educación Básica.
Estas Áreas deben ser entendidas, como su nombre lo indica, como aspectos fundamentales del Desarrollo Personal y Social, que edifiquen una plataforma sostenible para un mayor y mejor aprovechamiento Académico, nadie puede aprender de forma duradera, permanente y significativa sino se acompaña de motivación, seguridad y confianza. Precisamente es necesario recordar las tres prioridades que subsisten hoy en día: la Salud Física, la Salud Socioemocional y los Aprendizajes, asuntos que se enfatizan en los colegiados de los Consejos Técnicos Escolares.
Vale la pena preguntarnos entonces ¿qué estamos haciendo como docentes con nuestros alumnos y familias en estas áreas?
Si bien hoy, se habla del logro de una educación más personalizada e individual en la educación a distancia, también tendríamos que decir, que en las condiciones actuales de la misma, el currículum escolar se sobrecarga, no es posible empeñarse en cubrir el total de aprendizajes que fueron diseñados para una educación presencial.
En este contexto de educación a distancia, donde las realidades pedagógicas de cada docente se multiplican y diversifican, atraviesan o transitan en muchos casos, tecnologías, redes sociales, recursos mediáticos, mientras que en otros, es el ambulantaje didáctico de los docentes el único medio asequible para garantizar la educación de los alumnos.
Por dichas razones, se debe simplificar y priorizar el currículo bajo la selección de aprendizajes relevantes y clave en la educación de los alumnos, considerando una forma de integración global de los mismos, que no seccione entre disciplinas (campos, asignaturas y áreas) sino más bien que las unifique, una forma o propuesta de trabajo que sea tanto sostenible como significativa en su enseñanza, aprendizaje y evaluación.
El trabajo por Proyectos Didácticos puede ser una opción factible para hacer viable esta propuesta, bajo un enfoque situado en las condiciones y dinámicas que tienen los alumnos en sus hogares y familias, empleando sus prácticas cotidianas, como vínculos y formas de anclaje de los aprendizajes esperados.
Estos Proyectos con características más extensibles a las condiciones y situaciones de los alumnos, así como abarcativos de los periodos de evaluación (tres momentos para Educación Básica), pueden constituir a la vez, medios regulatorios de aprendizaje para aquellos alumnos con los que no se podido establecer comunicación o la misma ha sido intermitente, así como un esquema propedéutico y de diagnóstico, para los alumnos que se rescaten en este o en el siguiente ciclo escolar, tratando de restar terreno a los dos grandes problemas exponenciales de la educación a distancia, el abandono o deserción escolar y el rezago.
Debemos reconocer todos y aceptar, tanto aciertos como desaciertos en los planteamientos de la educación a distancia, pues es la mejor forma de aprender y acercarnos a las múltiples realidades que existen, así como poder adaptarnos y avanzar en los retos que hoy en día se enmarcan en este contexto para el Sistema Educativo Nacional y todos los agentes y figuras que lo constituyen.
Bajo estas disertaciones se presentará el Webinar:
"Bases y Estrategias para la
Enseñanza, el Aprendizaje y la Evaluación
en la Educación a Distancia"
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